Durante el último mes, la atención de los mercados se ha centrado en las negociaciones entre demócratas y republicanos en Estados Unidos para aumentar el techo de la deuda y evitar una suspensión de pagos del país. Afortunadamente, estas negociaciones…
Tras unos inicios dubitativos, los mercados han empezado a subir de manera significativa después de una mejora de la inflación en Francia y Alemania y un dato de empleo en Estados Unidos que denota cierto enfriamiento económico.
Noviembre fue un buen mes de nuevo para los mercados, que empiezan a ver lejos los mínimos de septiembre. A pesar de que los datos macroeconómicos no terminan de despuntar y de que se mantienen problemas como la guerra en Ucrania y el Covid en China…
A pesar de que julio comenzó con la misma tónica con la que terminó el mes anterior y de las noticias macro, con la inflación y la posible entrada en recesión a ambos lados del Atlántico a la cabeza, los problemas de Europa para abastecerse de gas ruso, la dimisión de Draghi como primer ministro italiano y los bancos centrales subiendo…
La bolsa parece estar más pendiente de la invasión de Ucrania, de las barbaridades que pueda hacer Putin y, sobre todo, de la posibilidad de un acuerdo paz y del apoyo que puedan prestar los bancos centrales que de otras cuestiones importantes, como puede ser la elevada inflación, que en marzo vuelve a batir récords de décadas y la evolución del precio de los bonos, que puede avisar de una recesión. Por eso, no es de extrañar que marzo no haya sido un mal mes bursátil.
El comienzo del año ya pintaba regular: la inflación en máximos de más de tres décadas, la rentabilidad de la deuda pública subiendo, la FED mostrando una política monetaria más dura y adelantando la subida de tipos a marzo, al igual que el fin del programa de compra de deuda pública, y añadiendo una subida más a las previstas para 2022, las acciones más orientadas a la tecnología cayendo, la volatilidad en aumento y los problemas de suministro no solucionados. En la segunda parte de enero, se añadió a este cóctel la posible invasión de Ucrania por parte de Rusia, lo que provocó un mayor aumento de la incertidumbre y de los precios del petróleo y del gas.
A pesar de la nueva ola del coronavirus en Europa, de la inflación desbocada y de la subida de los precios de la energía, los mercados de renta variable estaban teniendo un buen comportamiento en noviembre, ayudados por los positivos resultados corporativos y por el mantenimiento de las políticas dovish de los bancos centrales.
Desde comienzos de agosto, las declaraciones de los gobernadores regionales de la FED sobre cuándo comenzaría esta a dejar de comprar bonos de Gobierno y otros activos (tapering) y su influencia en la economía norteamericana y en la política monetaria han estado a la orden del día hasta su confirmación oficial en la reunión de Jackson Hole a finales de agosto. Finalmente habrá tapering y la FED confirmará oficialmente en su reunión de septiembre, aunque no habrá movimientos en los tipos hasta 2022.
Julio ha sido un mes un tanto extraño, en el que ha vuelto la volatilidad a las bolsas, con bajadas diarias que no se veían desde hace varios meses. El temor a la variante Delta ha quebrado el optimismo ante nuevas restricciones de los gobiernos occidentales, que pueden tener una repercusión significativa en la recuperación económica. Sin embargo, el apoyo que están prestando los bancos centrales, alejando de momento la posibilidad del inicio del tapering y la subida de tipos frente a la inflación, ha conseguido que el mes haya sido mayoritariamente positivo en las bolsas a pesar de la amenaza de la variante Delta, del intervencionismo del Gobierno chino en sus bolsas y del precio del petróleo, que continúa disparado.
Junio mantuvo la tendencia alcista bursátil, si bien hubo bastantes divergencias. El aumento de la inflación, sobre todo en Estados Unidos, y los mensajes desde la FED y en menor medida desde el BCE en donde habla de un adelanto del “tapering”, no consiguieron poner nerviosas a las bolsas, que únicamente se vieron resentidas en momentos en los que la evolución de la variante Delta del Covid 19 alertó de la posibilidad de la vuelta de mayores restricciones en bastantes países. Sin embargo, las subidas no fueron homogéneas, con sectores como el financiero dejándose bastante terreno y con índices en negativo.