Un año más, Value Tree, en colaboración con el Ayuntamiento de Alcobendas, organiza la carrera anual solidaria de 5 kilómetros que, cada año desde el 2014, viene realizando para ayudar a los más desfavorecidos.
Las inscripciones se pueden realizar en la página web de la carrera: www.cross.valuetree.es
Este año, la recaudación de la carrera será para la Fundación Emalaikat, en concreto para los niños del Centro Materno-Infantil San José de la Montaña en Mizan Teferi, Bench Wereda, Etiopía.
Hemos tenido la oportunidad de hablar con Inés Ollinger, estudiante de medicina en Madrid, que acaba de pasar su tercer verano en Etiopía como voluntaria de la Fundación Emalaikat. Gracias a personas comprometidas como ella, que dedican su tiempo y su esfuerzo a realizar labores humanitarias, el mundo es un poco más justo. Os dejamos a continuación con sus interesantes reflexiones sobre la experiencia de ser voluntaria y os animamos a colaborar la Fundación Emalaikat participando en el VI Cross Solidario Value Tree, bien como corredor o bien adquiriendo un dorsal cero.
Inés, ¿qué destacarías de tu experiencia como voluntaria?
La gente, sin lugar a dudas. La felicidad que desprenden, lo generosos que son y lo dispuestos que están siempre a ayudar, sea el trabajo que sea y tengan la edad que tengan. Desde niños de tres años hasta los más mayores. Si tú estás trabajando, ellos se pondrán a tu lado a ayudarte, aunque tengan una pelota fuera y puedan estar jugando. También, las ganas que tienen de aprender. Es increíble ver como andan varios kilómetros para asistir a la escuela, incluso en sus vacaciones de verano. O cuando les dices que les vas a poner una película como premio por su buena disposición y haber estado ayudándote con algún trabajo que teníamos que hacer y te responden que gracias, pero que prefieren seguir aprendiendo inglés.
No puedo destacar una sola cosa, porque al final cuando llevas yendo ya tres veranos, dejan de ser los niños de Etiopía y pasan a ser personas con nombre y cara. Hablas de ellos como hablarías aquí de cualquier amigo.
¿Qué es lo más valioso que has aprendido en Etiopía como voluntaria?
Todo. Es una experiencia que te rompe todos los esquemas con los que tú partías. Piensas que vas a ir ahí a ayudar y, al final, tú recibes muchísimo más de lo que das. Suena a tópico, pero es verdad. Te hace valorar muchísimo más las relaciones con tu familia y amigos, pues allí ves cómo los hermanos de ocho años, cuidan a los de cinco y los de cinco a los de tres, y si no es tu hermano, es tu vecino y le cuidas como si fuese de tu familia.
Obviamente hace que valores lo material y todas las facilidades que tenemos aquí en España, pero supongo que me quedo con eso, con el ayudar al prójimo, sea más o menos cercano. El que si te doy un caramelo, vas y lo partes todas las veces que haga falta para que ninguno de los que están ahí contigo se queden sin probarlo.
¿Cuáles son las necesidades más urgentes en el proyecto? ¿Cómo impactan iniciativas solidarias como la carrera en el día a día de los niños?
Sin duda, la educación. Es imposible que mejoren su calidad de vida y aspiren a tener un futuro mejor si no reciben una buena educación que les abra la mente y les enseñe que las cosas que llevan haciendo cientos de años de una manera, se pueden hacer de otra de manera más efectiva. Hay muchísimas personas con las que nos cruzamos día a día que son analfabetos y no han ido en su vida a la escuela o, como mucho, han ido a primaria.
No obstante, cada vez los padres están más concienciados de la importancia de que sus hijos estudien y hacen todo lo que pueden por mandarles a la escuela. Sin embargo, muchos de ellos, sobre todo las niñas, no van porque tienen que encargarse de las labores domésticas, como ir a buscar agua.
A veces, esta tarea, a la que no prestamos atención porque nos es tan fácil como abrir un simple grifo, para ellas no lo es tanto y supone tener que andar durante varios kilómetros para conseguirla. De ahí que uno de los proyectos fundamentales de la Fundación Emalaikat sea la construcción de pozos. De esta manera, no solo estás ayudando en cuanto a temas de salud, pues es agua limpia y disminuye de manera muy considerable las enfermedades, sino también a que todos estos niños que se pasaban el día yendo a por agua, ahora puedan ir a la escuela y tener un futuro mejor.
De ahí que iniciativas solidarias como la carrera sean tan importantes para la Fundación Emalaikat. No nos damos cuenta, pero detrás de nuestro dorsal, están muchos niños de edades entre cinco y siete años que acuden a la escuela, y no solo están aprendiendo y jugando, pues no dejan de ser niños, sino que además se les proporciona desayuno y comida, la cual para muchos de ellos será la única comida que tomen en todo el día. Sobra decir lo importante que es una buena alimentación en estas edades para su desarrollo, pero nunca está de más recordarlo.
Además, no solo ayudamos a los niños, sino también influye en sus familias y en la comunidad, tanto a corto como a largo plazo, pues estos niños, el día de mañana serán el futuro de estos países.
Inscríbete en el VI Cross Solidario Value Tree en www.cross.valuetree.es