Desde comienzos de agosto, las declaraciones de los gobernadores regionales de la FED sobre cuándo comenzaría esta a dejar de comprar bonos de Gobierno y otros activos (tapering) y su influencia en la economía norteamericana y en la política monetaria han estado a la orden del día hasta su confirmación oficial en la reunión de Jackson Hole a finales de agosto. Finalmente habrá tapering y la FED confirmará oficialmente en su reunión de septiembre, aunque no habrá movimientos en los tipos hasta 2022.
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Julio ha sido un mes un tanto extraño, en el que ha vuelto la volatilidad a las bolsas, con bajadas diarias que no se veían desde hace varios meses. El temor a la variante Delta ha quebrado el optimismo ante nuevas restricciones de los gobiernos occidentales, que pueden tener una repercusión significativa en la recuperación económica. Sin embargo, el apoyo que están prestando los bancos centrales, alejando de momento la posibilidad del inicio del tapering y la subida de tipos frente a la inflación, ha conseguido que el mes haya sido mayoritariamente positivo en las bolsas a pesar de la amenaza de la variante Delta, del intervencionismo del Gobierno chino en sus bolsas y del precio del petróleo, que continúa disparado.
Junio mantuvo la tendencia alcista bursátil, si bien hubo bastantes divergencias. El aumento de la inflación, sobre todo en Estados Unidos, y los mensajes desde la FED y en menor medida desde el BCE en donde habla de un adelanto del “tapering”, no consiguieron poner nerviosas a las bolsas, que únicamente se vieron resentidas en momentos en los que la evolución de la variante Delta del Covid 19 alertó de la posibilidad de la vuelta de mayores restricciones en bastantes países. Sin embargo, las subidas no fueron homogéneas, con sectores como el financiero dejándose bastante terreno y con índices en negativo.